IFFO Logo

Enfrentando los mitos: La posición de los ingredientes marinos en el suministro futuro de alimentos balanceados acuáticos

Artículo presentado por Neil Auchterlonie de IFFO, publicado en INFOFISH International

La harina de pescado y el aceite de pescado han pasado de ser considerados solo como materia prima a ser productos de alto valor que seguirán siendo los principales componentes de los alimentos balanceados acuáticos de calidad. Este cambio se dio a pesar de que las empresas de alimentos balanceados se mueven hacia la sustitución parcial con ingredientes vegetales y otros ingredientes nuevos, lo cual aún está lejos de ser realizado comercialmente. Todos pueden desempeñar un papel en la satisfacción de la demanda futura de la acuicultura, y será importante utilizar todos los materiales disponibles como ingredientes para una importante industria alimentaria mundial. Sin embargo, ese futuro sigue dependiendo del suministro de la harina y el aceite de pescado, incluso con la reducción de las tasas de inclusión.

Introducción

El hecho de que la acuicultura haya sido el sector de proteínas con el mejor desempeño durante varias décadas no es una sorpresa para los lectores de esta revista. El ritmo de crecimiento de los mariscos de cultivo ha sido sustancial a lo largo de los años 80, 90 y principios del 2000, y aunque esa tasa disminuyó a 5.8% anual (2005-2014) del 7.2% (1995-2004) según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2016), esta sigue siendo muy superior al siguiente grupo de proteínas, las aves de corral, que reportó una tasa de crecimiento general de 4.4% entre 1991 y 2007, y se prevé que disminuya a 2.1% en el 2005-2007 (Alexandratos & Bruinsma, 2012). La FAO reconoce que la tasa de crecimiento de la producción acuícola es superior a la tasa de aumento de la población humana, por lo que constituye una contribución vital al suministro mundial de alimentos.

Sin embargo, no toda la acuicultura requiere de alimento, y la FAO estima que las especies no alimentadas aportaron 22.7 millones de toneladas, es decir el 30.8% de las especies de peces de cultivo en el 2014 (FAO, 2016). Está claro que la mayoría, el 69.2% restante (equivalente a unos 51 millones de toneladas), depende de los alimentos balanceados y el mantenimiento de las tasas de desarrollo requerirá un aumento paralelo en los volúmenes de alimentos balanceados. Este es uno de los grandes desafíos para la acuicultura moderna.

Suministro de alimentos balanceados y volumen de ingredientes

El suministro de alimento balanceado depende de la provisión de ingredientes adecuados para satisfacer los perfiles nutricionales en las formulaciones de alimento balanceado. Los ingredientes marinos han sido correctamente considerados como el estándar de oro para los alimentos balanceados acuáticos durante décadas, con altos niveles de proteína, alta digestibilidad, excelentes perfiles de aminoácidos y una gama de micronutrientes importantes como vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3 de cadena larga, incluyendo ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Estos ingredientes proporcionan excelentes contribuciones a la nutrición de los peces de cultivo en todo el mundo, y son la base para la producción global de acuicultura alimentada. Sin embargo, los ingredientes marinos provienen de un recurso finito, con un suministro anual global que suele estar en el rango de aproximadamente 5 millones de toneladas de harina de pescado y 1 millón de toneladas, o ligeramente por debajo, de aceite de pescado. Aunque hay cierta variabilidad anual, estos son aproximadamente los volúmenes que se esperan cada año.

Algunos escritores argumentaron en los primeros años del siglo que la disponibilidad de ingredientes marinos tenía el potencial de restringir el crecimiento de la acuicultura. El término "trampa de harina de pescado" fue acuñado para describir la situación (New y Wiljkstrom, 2002). Se expresó preocupación por el volumen creciente del suministro mundial de harina y aceite de pescado que abastecía al sector de alimentos balanceados acuáticos, ya que había mostrado un aumento constante interanual de la demanda hasta ese momento. Otros autores (i.e. Jackson, 2010) demostraron que las previsiones pesimistas no reflejaban la realidad, y el suministro total de harina y aceite de pescado en el alimento balanceado acuícola era y es relativamente estable, ya que los materiales continúan proporcionando una contribución nutricional esencial para las especies acuáticas de cultivo, aunque en menores tasas de inclusión.

Sin embargo, el patrón de uso de estos materiales se ha vuelto más estratégico, ya que los ingredientes se usan cada vez más para optimizar el rendimiento de los peces de cultivo en las etapas clave de producción (Jackson, Shepherd, FAO, 2016, Han, Zhang, Xie, De Silva, 2016) en lugar de usarlos como una proteína cruda y un suministro de energía. Por lo tanto, hubo un cambio radical en la optimización de la eficiencia del uso de estos materiales importantes, añadiendo más valor a una contribución ya valiosa.

IFFO estima que actualmente se destina un poco más de tres millones de toneladas de harina de pescado a la acuicultura cada año. El aceite de pescado también es esencial para satisfacer las necesidades de la acuicultura (especialmente para los salmónidos de cultivo) y de un aparente uso global de 916 000 toneladas de aceite de pescado en el 2015; IFFO estimó que la acuicultura obtuvo el 58% (es decir, 531 280 toneladas). Estos son volúmenes bastante bajos cuando se comparan con la producción total de pescado de cultivo alimentado, y es bastante claro que hay otros ingredientes involucrados. [También son volúmenes bajos cuando se consideran los volúmenes de producción anual de los ingredientes de alimentos balanceados más ampliamente reconocidos como la soya, por ejemplo: el USDA estima 348 millones de toneladas de soya para la producción durante el período de 12 meses comprendido entre junio del 2017 y junio del 2018; la harina de soya representa el 35% del peso de la soya cruda, lo que equivale a 121.8 millones de toneladas; por lo tanto, el volumen de harina de pescado producido equivale a un 4.1% del volumen total de soya].

La sustitución parcial de la harina y el aceite de pescado a lo largo del tiempo permitió el desarrollo continuo del sector de la acuicultura alimentada y se ha demostrado que la teoría de la trampa de harina de pescado es incorrecta. La reducción del uso de los ingredientes marinos en los alimentos balanceados acuáticos a lo largo del tiempo es bien conocida, aunque no está bien documentada - con algunas excepciones (i.e. Ytrestøyl, Aas, & Åsgård, 2015) - probablemente como resultado de la importancia comercial de las formulaciones de alimentos balanceados para las empresas de alimentos balanceados acuáticos.

También hubo un esfuerzo científico muy grande durante más de 20 años que se ha dedicado a buscar alternativas adecuadas y niveles de sustitución en dietas para toda una gama de diferentes especies de peces. Estos son demasiado numerosos para mencionarlos, pero cada uno de esos estudios tiene en cuenta las necesidades nutricionales específicas de las especies de cultivo objeto de investigación y, por tanto, son técnicamente complejos. Paralelamente al esfuerzo académico, se encontraba el trabajo de las propias empresas de alimentos balanceados, centradas en gran parte en ingredientes vegetales fáciles de obtener, como el trigo y la soya, que en realidad condujeron a la sustitución parcial en alimentos balanceados acuáticos viables.

Desarrollo de nuevas alternativas para apoyar el volumen de ingredientes

Cualquier persona con un interés en la acuicultura y la nutrición de los peces no puede dejar de notar la atención mediática contemporánea y el revuelo en torno a la promoción de "nuevas" alternativas a los ingredientes marinos. En IFFO observamos estos informes con interés porque, lamentablemente, a veces hay una tergiversación del desempeño de sostenibilidad de la industria de ingredientes marinos en un esfuerzo por situar nuevos productos en una luz más favorable. Es indiscutible que la industria acuícola mundial requiere más alimentos balanceados para sustentar el desarrollo, y es poco probable que aumente el volumen de la harina y el aceite de pescado (aunque es posible aumentar ligeramente el volumen si se utiliza mejor el subproducto de la pesca de captura y del sector acuícola en crecimiento).

Ciertamente los desarrollos tecnológicos más recientes y la posible aplicación comercial de nuevos ingredientes han atraído mucha atención. Algunos de los materiales muestran sistemas similares a la propia acuicultura (i.e. la producción de microalgas); algunos son de alta tecnología (i.e. la cosecha GM Camelina para producir ácidos grasos omega-3 de cadena larga de origen terrestre) y puede que enfrenten cierta resistencia de parte de los clientes; y algunos tienen la posibilidad de gestionar recursos de bajo valor para producir materiales de valor añadido (i.e. harina de insectos y producción de proteínas a base de metano). Cada uno de estos ingredientes tiene el potencial de contribuir a la demanda de la acuicultura. Cada uno, sin embargo, todavía está lejos de alcanzar volúmenes de suministro realistas en el mercado, a pesar del nivel de cobertura de los medios de comunicación.

En IFFO nuestra opinión es que esas otras contribuciones son necesarias, pero deben ser "además de" y no "en lugar de" los ingredientes marinos. Tenga en cuenta también que cuando se trata de comparar la sostenibilidad de la producción, cada ingrediente tiene un impacto, y el perfil de esos impactos será diferente y es generalmente demasiado simplista colocar uno por encima de otro. Para algunas de las categorías dentro de un enfoque de Evaluación del Ciclo de Vida (LCA por sus siglas en inglés), la harina y el aceite de pescado se comparan bien, incluso con los ingredientes de origen vegetal que ya suministran a la producción de alimentos balanceados acuáticos (i.e. el uso del suelo y el uso del agua).

Los impactos terrestres del suministro de ingredientes para alimentos balanceados están empezando a ser examinados por algunos investigadores (Fry et al., 2016, Pahlow, van Oel, Mekonnen, & Hoekstra, 2015) y se observa que tienen impactos significativos. Igualmente, los nuevos ingredientes tendrán impactos también. Es el perfil de los impactos en su conjunto lo que debe ser considerado, aunque aun así el enfoque LCA no toma en cuenta las diferentes contribuciones y beneficios sociales de los ingredientes en los alimentos balanceados.

Certificación y vínculos con la sostenibilidad

Hay una tendencia creciente para la certificación en productos marinos, que ahora representa alrededor del 14% del mercado global de los mariscos. Aunque se mantiene cierto debate sobre el concepto de sostenibilidad en las pesquerías y los productos marinos (i.e. Hilborn et al., 2015), se puede considerar que el proceso de certificación apoya las mejoras del cambio en la gestión pesquera, los métodos de producción acuícola y la integridad de la cadena de suministro de mariscos, contribuyendo a los pilares sociales, económicos y ambientales de la sostenibilidad.

El hecho de que los esquemas tales como el Suministro Responsable de IFFO sean generalmente acreditados independientemente añade un poco de rigor al proceso, y junto con otros ejemplos como el Marine Stewardship Council (MSC), el Aquaculture Stewardship Council (ASC), GlobalGap y las Mejores prácticas de acuicultura de Global Aquaculture Alliance (GAA), están logrando el reconocimiento por los cambios que se están impulsando a través de las cadenas de suministro de mariscos.

Como es de esperar, los requisitos de mariscos de cultivo certificados tienen un efecto en la cadena de suministro, la producción de alimentos balanceados y el abastecimiento de ingredientes. Actualmente ASC está desarrollando un estándar de alimentos balanceados que requerirá la provisión de un suministro creciente de ingredientes de alimentos balanceados certificados para satisfacer la creciente demanda de alimento balanceado aprobado para las granjas certificadas por ASC. Los ingredientes marinos son ingredientes de alimentos balanceados acuáticos claramente importantes y por tanto están en la lista de materiales que serán certificados contra las normas de cumplimiento de ASC. De esta manera, ASC espera impulsar mejoras en el desempeño de la sostenibilidad en las fuentes de materia prima para la harina de pescado que entra en la cadena de suministro de la acuicultura.

Las mejores prácticas de acuicultura (BAP por sus siglas en inglés) de GAA administran un estándar para las fábricas de alimentos balanceados que tiene en cuenta el abastecimiento de harina y aceite de pescado y (después de junio del 2015) solicita específicamente que si los materiales son derivados de pesquerías de reducción - los materiales certificados por MSC o IFFO RS compongan al menos el 50% de la fuente.

Un gran volumen del actual suministro mundial anual de harina de pescado ya está certificado. Se estima que más del 45% de la producción está certificada según el Estándar de Suministro Responsable de IFFO, y la tendencia es que esa proporción continúe aumentando con una combinación de nuevos solicitantes; el Programa de Mejoras de IFFO RS (PM) y los Proyectos de Mejoramiento Pesquero (FIP por sus siglas en inglés) probablemente se encontrarán en este volumen adicional.

(El Programa de Mejoras de IFFO RS tiene como objetivo alentar a las fábricas productoras de ingredientes marinos que, en la actualidad, no pueden cumplir con el Estándar IFFO RS, ya sea debido a la falta de gestión pesquera o de infraestructura de fábrica y cuestiones operativas, a implementar mejoras que permitan su eventual cumplimiento).

Este volumen de producto certificado es un testimonio del progreso exitoso del estándar desde su creación. El Estándar IFFO RS está diseñado para cubrir la fabricación responsable de harina y aceite de pescado, y es un esquema de negocio a negocio, con la unidad de certificación siendo la fábrica de harina de pescado. El desarrollo de IFFO RS es un ejemplo de una industria que trabaja estrechamente con las ONG ambientales para lograr cambios en el sector. El acuerdo sobre el estándar fue el resultado de extensas discusiones con múltiples partes interesadas; comenzó en el 2009, se implementó en el 2010 y la versión 2.0 recientemente fue lanzada.

Todo esto se suma a un creciente requisito de productos de harina de pescado certificados, y una tendencia a aumentar la producción de harina de pescado (y aceite de pescado) con el tiempo. El establecimiento de nuevos Proyectos de Mejoramiento Pesquero (FIP por sus siglas en inglés) y nuevos Programas de Mejoras (PM) de IFFO RS también ayudarán a impulsar el cambio en la gestión de las pesquerías y la provisión de materias primas, apoyando las mejoras de la sostenibilidad en el medio ambiente marino e igualmente, en las economías (mayormente) rurales dependientes de la industria.

Colaboración de GAA e IFFO en el Proyecto de suministro de harina de pescado del sudeste asiático

La producción mundial de harina de pescado se basa predominantemente en las pesquerías de reducción de especies de peces pelágicos pequeños (SPF por sus siglas en inglés), que generalmente están comparativamente bien gestionadas (también, hay una contribución significativa de los subproductos de aproximadamente el 33% del suministro total).

Hay muchos ejemplos de buenas prácticas; destaca específicamente la pesquería de anchoveta peruana que brinda una gran proporción del suministro mundial de harina de pescado (15-20% anual), demostrando que el tamaño de la pesquería no es perjudicial para una buena gestión. En el Sudeste Asiático, el suministro de harina de pescado es fundamental para satisfacer las necesidades de la gran y creciente industria de la acuicultura, pero la industria está estructurada de una manera diferente. Allí la mayor parte de la fuente de materia prima para la producción de harina de pescado es la captura incidental en lugar de una población de SPF objetiva o subproducto. Además de proporcionar una fuente para la producción de harina de pescado, parte de este material también se utiliza para la alimentación directa en la acuicultura, y se sabe que las pesqueras que generan capturas incidentales son perjudiciales comercialmente (Wijkström, 2009), aunque los impactos sociales y económicos son poco distintivos.

Así como la materia prima para la producción de harina de pescado, también existen algunos inconvenientes asociados con la recolección y el transporte a la planta de harina de pescado, que tiene el potencial de afectar la calidad del producto final. Cuando la estandarización de los sistemas de producción es una meta, la calidad es claramente una cuestión importante, especialmente cuando la industria regional suministra a los mercados europeos y norteamericanos. El mercado final constituyó uno de los motores de la creación de Seafood Task Force, anteriormente denominado Shrimp Sustainable Supply Chain Task Force, una "alianza de múltiples partes interesadas de supermercados europeos y estadounidenses, sus proveedores, ONG, procesadores de camarones y empresas de alimentos balanceados" y ha sido una fuerza de cambio positivo para el suministro de mariscos de la región.

Además, reconociendo la importancia de las industrias regionales de harina de pescado y acuicultura, IFFO y GAA se han asociado en un proyecto que tiene como objetivo analizar las cuestiones, involucrarse con las partes interesadas y formular recomendaciones sobre los cambios en el abastecimiento de materias primas y la producción de harina de pescado.

El esfuerzo se centrará en Tailandia y Vietnam, y el trabajo es un ejercicio de recopilación de información con el fin de informar sobre la planificación y la identificación de proyectos futuros. Es probable que algunos de esos proyectos futuros incluyan FIPs que apoyen el avance en el desempeño ambiental.

Resumen

La contribución nutricional de los ingredientes marinos es la base para la acuicultura alimentada global y sigue siendo esencial para los alimentos balanceados acuáticos. Su uso continuará apoyando el desarrollo de la acuicultura en el futuro. El suministro adicional de proteína y energía cruda se ha logrado mediante la sustitución parcial, utilizando ingredientes de origen vegetal, en las dietas de peces, y hay varios desarrollos nuevos en la industria de alimentos balanceados que igualmente pueden apoyar algunas de las necesidades nutricionales básicas de las especies acuáticas. Todos están obligados a proporcionar volumen a una industria de acuicultura mundial en constante desarrollo.

Cada ingrediente tiene su propia gama de impactos ambientales y no debe considerarse aisladamente, ni se debe buscar una posición (moralmente) superior en el mercado a través de la crítica del desempeño ambiental de la industria de ingredientes marinos, una industria que ha logrado una alta proporción de volumen de producción certificada, además de proporcionar los ingredientes de alto rendimiento que son esenciales para una industria acuícola sostenible y productiva.